Famosas epifanías de ideas
El mundo académico que estudia la innovación tiene presente famosas epifanías. Sugieren la existencia de una etapa de procesamiento inconsciente. Que no es otra cosa que lo que llamamos intuición. Hay dos matemáticos especialmente populares. No está claro el origen de las ideas y si hay mucha diferencia entre campos. Por ejemplo, ¿coincide el tipo de epifanía de un matemático y la de un artista? ¿la de un ingeniero con la de un diseñador? En lo que sí parece haber cierto consenso es en la generación del proceso de intuición. Estos días un matemático contemporáneo Dan Rockmore hablaba en The NewYorker de cómo le surgen las ideas en un texto titulado «El mito y la magia de la generación de nuevas ideas». Como modelo citaba las anécdotas de Poincaré y Descartes. Las he traducido y anotado aquí. No soy matemática, pero en el proceso creativo me identifico con la historia de Dan y con la de sus predecesores.
Henri Poincaré es quizá uno de los científicos más citados para ilustrar el proceso de intuición creativa. Describió su método creativo en el libro Ciencia y método (1908). Los artistas (pintores, músicos, literatos) eran menos concienzudos o quizá más reacios a compartir sus diarios. La anécdota de Poincaré, padre de la teoría del caos ocurre en un autobús:
En el momento en que puse el pie en el escalón del autobús, la idea me vino, sin que nada de mis pensamientos previos aparentemente fueran a conducirme a ella.
Otro matemático William Rowan Hamilton tuvo la suya mientras buscaba la forma de multiplicar números en altas potencias (1843) paseando por un puente de Dublín. Se paró y marcó la ecuación que se le acababa de ocurrir en el puente.
De René Descartes se dice que amaba quedarse recostado en la cama por la mañana pensando. Así fue como un día mientras su pensamiento estaba perdido observando el camino de una mosca que revoloteaba en el techo le vino la idea de las coordenadas cartesianas xy.
Personalmente me sitúo en el extremo de los que usan el paseo o las caminatas para liberar la mente para que la conexión mágica de la intuición aparezca.
Cuando no ocurre simplemente suele significar que necesito más trabajo previo de codos, mesa y papeles en la pantalla.
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