Perder
La más honesta confesión que quizá haya dado nunca un directivo la hizo el director general de una compañía tecnológica. La portada de la revista Forbes de noviembre de 2007 retrataba al entonces dirigente de Nokia Olli-Pekka Kallasvuo como imagen del éxito. Su compañía tenía casi la mitad del mercado de telefonía. El titular era contundente: «Nokia, un billón de clientes. ¿Puede alguien alcanzar al rey del teléfono?».

En 2013 la compañía apenas retenía el 3% del mercado. Stephen Elop, su sucesor al timón de Nokia, admitió su derrota con las palabras que le han hecho inolvidable:
No hicimos nada mal, pero de algún modo hemos perdido.
Diez años después de la mítica portada en Forbes nada queda de Nokia. La nostalgia hacia la marca me llevó a dedicar un minuto a poner la foto del 2007 en Twitter (mi primer buen teléfono móvil fue un Nokia). Mi interés por los aspectos que configuran el proceso de la innovación me ha obligado en cierto modo a escribir una reflexión en este blog.
Perder y ganar son los dos resultados posibles de la innovacion. ¿Por qué reflejamos solo los casos de éxito? ¿En qué parte de nuestra memoria de directivos, gerentes o emprendedores guardamos las viejas portadas de los reyes caídos? ¿Por qué no hay fotos suyas en nuestras oficinas?
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