Si Apple fuese una democracia o por qué no debes escuchar ni a tus clientes ni a tus empleados
Primer mandamiento: «No escuches al cliente». Segundo mandamiento: «No escuches a tus empleados». La democracia del desarrollo de productos en la que quizá sea la empresa más influyente por sus productos sería un fiasco. Mira la foto para admirar una recreación del mismo.
Para que tus proposiciones de valor no se conviertan en molestos frankensteins tengo dos herramientas:
- El Patrón de Cliente. Se puede, y debe, conocer al cliente. Puedes incluso crear un banco de patrones de clientes. ¡Funcionan! Los pasos que apliques a partir del patrón estarán imbuídos de una inspiración útil y real.
- No escuchar al cliente. Ten presente lo que le pasó a Blackberry, Yahoo y Kodak y no caigas en la misma trampa sobre la que Clayton Christensen advirtió.
Imágen: Cortesía de Joyoftech.com