Cómo seguir innovando mientras se crece

Foto: Flickr, cc, usuario Pietroizzo.
Foto: Flickr, cc, usuario Pietroizzo.

He aquí la historia: Aquel día pusiste en marcha tu primera empresa. Hoy hay muchas soluciones como la tuya pero entonces no. Desconoces si fuiste el primero o no. Pero el caso es que creías que podías aportar algo que el cliente precisaba. Tampoco recuerdas haber pensado que aquello era innovación.

¿El discurso (“pitch”)? Sí. Decía: “Este producto ofrece una solución innovadora que permite a nuestros clientes aprovechar el máximo potencial”.

La palabrería usual en estos casos.

En los últimos tres años has centrado tu esfuerzo en hacer crecer ese producto. No ha sido el boom prometido. Pero el resultado no ha sido tampoco malo. Estás razonablemente satisfecho.

La única sombra son las nuevas aplicaciones, nuevos desarrollos atractivos que han aparecido en el mercado de tu producto. Piensas, “No he usado la innovación hace demasiado tiempo. Hummm… ¡Desde que creé mi negocio! ¿Cómo haré para pensar en nuevas ideas?”.

La historia anterior es una historia ficticia, con protagonistas y hechos tomados de la realidad más literal. La conozco muy bien [En algunos puntos es autobiográfica]. Por esa razón me he interesado por dar con alguna solución para este DILEMA.

En este camino no he encontrado respuestas infalibles. [Realmente no se de nadie que haya sido capaz de tratar con tino nuevas teorías, con la rotundidad de la del dilema del innovador, de C. Christensen en 1997]

Sí he aprendido un particular sistema de entender la innovación si quieres ir adelante con tu empresa.

Nos han enseñado, repetido, orientado y obligado a asociar la acción de innovación, innovar, con la del ejercicio de ideación, para tener, inventar, crear o discurrir nuevas ideas.

Esta es la razón de que empresas que mantienen su lozanía innovadora planifiquen tiempo libre para que los empleados puedan trabajar sin reloj y apartados de las distracciones de los proyecto laborales. Basecamp, por ejemplo, dedica cuatro semanas al año, como si de un campamento de verano de innovación se tratase.

Personalmente, me he logrado desenvolver con más eficacia cuando he usado esta otra fórmula de innovación: Innovación ES IGUAL A resolver problemas.

Estoy de acuerdo con el tiempo libre de innovación. Con lo que no estoy de acuerdo es con tomar la ideación por el todo de la innovación. Para mí la IDEACIÓN es una parte. Una parte importante de la innovación en ciertos casos. Pero INSUFICIENTE para definir en su conjunto lo que debe ser la gestión de innovación en cualquier proyecto, empresarial o no.

A partir de esa proposición, me cuesta ver la gestión de innovación como algo puntual (¿una vez por trienio, quizá?). En cambio, veo claramente que la innovación es UN CONTINUO, se tenga tiempo o no, porque un negocio siempre debe dar solución a algún problema que involucre al cliente. La innovación NO ES SÓLO una única cosecha. NO DEBE SER únicamente la creación de tu empresa en el año cero.

Hace unos meses anotaba en este otro post  una lista de problemas de tu empresa para los que necesitarás la innovación.

 

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