Los «copycat» ya no son lo que eran

copycats

Te propongo que adivines dónde ha tenido lugar la historia de copycats de Internet, que viene a continuación. Sucede más o menos así:

Un conocido inversor de Internet americano muestra (mucho) entusiasmo por una nueva startup de consumo de diseño (artículos, objetos), para un segmento de mercado específico. Esto la pone en el radar de medios y blogs. Pocos meses después, el proyecto tiene miles de órdenes de pedidos, y una larga lista de clientes. Un éxito así no pasa desapercibido. Enseguida, alguien decide lanzar una imitación. Un copycat. Calcula la inversión en marketing, y apuesta a caballo ganador. Copia la web, el formato y los colores. Busca productos similares en los proveedores. Y recluta un equipo de personas, con las mismas ofertas de trabajo del proyecto original.

Parece un copycat chino.

¿Quizá español?

Pues no.

Es alemán.

Se trata de Bamarang, que ha intentado exportar el exitoso concepto de Fab, la compañía de Internet americana, apadrinada por Andreessen. Pero les ha salido mal. La empresa ha tenido que cerrar por diversos problemas.

No estoy en contra de los copycat. Creo que tienen un papel importante en estimular ciertos mercados, como el de los negocios digitales. En particular, el comercio electrónico.

El caso de Alemania me tiene sorprendida: en los últimos meses no ha parado de crecer el número de nuevos negocios de Internet que buscaban un country manager, para extender el mercado a otros países de la zona euro. Un crecimiento espectacular.

Como decía Jefferson: una vela es capaz de encender otra, sin que la primera se apague.

Esto es cierto con las ideas, y con el conocimiento. El hecho de compartirlos no agota su potencia ni el efecto. En parte creo que es la manera en la que el mercado digital alemán se ha visto enriquecido. También el español, aunque lleve menos tiempo.

Pero hay algo que no debe faltar para que el copycat salga bien. El foco debe ser la gestión.

Significa invertir en la gestión de proveedores, en soporte y atención al cliente, también en conocer el consumidor local. Recuerdo que Icaro Moyano, de Buyvip (@viejomoeb) solía decir que, a veces, el mejor servicio consiste en entender que hay que subir la caja con el frigorífico hasta el rellano de la casa del cliente.

Eso es también parte de la gestión. En caso contrario, la nueva vela se apaga. A pesar de que la primera le ha aportado la chispa inicial (IDEA).

Eso pasa.

 

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