La fábula del alacrán y la rana salvadora
En cierta ocasión un alacrán le dijo a una rana que le llevara sobre su lomo hasta tierra firme. La rana no se fiaba de él porque sabía que podía picarla y entonces moriría. Después de los ruegos del alacrán, la rana aceptó la palabra de que no la picaría y se dispuso a llevar al alacrán nadando. Cuando ya habían cruzado prácticamente el charco la rana notó un dolor agudo. «¿Por qué mes has picado?», le preguntó al alacrán, ahora se hundirían los dos. Pero el alacrán sólo pudo decir lo siguiente:
«Perdóname… No pude evitarlo. Está en mi naturaleza»
En el mundo de los negocios el alacrán es alguna de las muchas empresas de sectores en crisis. La rana simboliza la tecnología que puede cambiar un negocio. ¿Pero qué significa esto exactamente? Cambiar el modelo por el que se captura valor y se crea algo superior para el cliente.
Un ejemplo: el arte de la colaboración en masa aplicado a los negocios, que Dan Tapscott y Anthony D. Williams describían por primera vez en Wikinomics.
El libro, escrito en 2005, se ha convertido rápidamente y con autoridad en una referencia imprescindible de la nueva forma de gestionar negocios en Internet. Y su teoría del modelo de producción colaborativo ocupa un puesto destacado junto a la que Chris Anderson ofrece en otra disciplina afín, el comercio electrónico.
Pero a pesar de la utilización de las redes sociales y la web interconectada (de forma más o menos productiva) en la solución de un amplio abanico de problemáticas contando con la perspectiva de la empresa abierta, seis años después uno de los autores de Wikinomics reconoce que lo más destacable es que nada ha cambiado. El puñado de compañías que servían de ejemplo en Wikinomics, de cómo el cambio de negocio con las nuevas tecnologías era posible, siguen siendo, a día de hoy, menor del esperado. Añade además lo siguiente:
el problema no es que las empresas deben cambiar, sino que el sector entero al que pertenecen debe aceptar una importante transformación. Son sectores en crisis.
Las empresas de sectores en crisis se agarran a un bote salvavidas si ven que es la única forma de cruzar un charco, para no morir ahogadas. Pero una vez al otro lado, nada ha hecho mella en sus convicciones más internas. Son parte de la naturaleza del sector en el que trabajan. Se comportan de forma similar a los alacranes en la fábula de las líneas anteriores: actúan así, porque ese el código genético de las empresas de su mismo sector.
Los alacranes son especies con gran número de miembros y los podemos encontrar desafortunadamente en lugares muy comunes:
En la industria musical
En la industria farmacéutica
En el sector bancario
En el sector salud
Grandes sellos discográficos que rigen el futuro de los nuevos artistas; un férreo sistema de patentes que dicta qué fármacos se producen y cuáles no; sistemas opacos que manejan los productos financieros, en base a los cuáles se decide la solvencia económica de consumidores, empresas y comercios, y (últimamente) incluso estados. Toda una amalgama de escenarios de cuasi-monopolios o con entornos regulados o poco transparentes. Pero que seguramente también habrá en otras disciplinas y negocios que os vengan a la cabeza.
Internet y la web social sería una rana salvadora en la historia. Pero tampoco la única. Por eso, abordaré cuáles son las ranas salvadoras de sectores en crisis en un próximo post.
Para terminar permitidme otra pequeña ficción. Se trata del micro-diálogo de un innovador en tiempos revueltos. Y sería éste:
«Donde el bosque se bifurcaba en dos senderos, yo elegí el menos transitado».
Se lo oí el otro día a una joven divulgadora científica española. Yo no lo hubiera expresado mejor.
Esa y no otra es la forma de retar nuestras naturalezas.
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Comentarios:
Hace ya tantos años que leí «La fábula del alacrán y la rana»… Cuántas veces a lo largo de mi vida me ha venido a la mente esta fábula y decirme en voza alta «es que era su condición de alacrán». Una gran verdad encierra esta fábula.
María Rosario Viciano, 18 octubre 2011
4 comentarios en «La fábula del alacrán y la rana salvadora»
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