El estilo «townhall» y la innovación

En un townhall podéis pasar al lado del iracundo gurú del sótano, del esquivo director financiero de la tercera planta o del omnipresente director general de la empresa. También estarán los colegas de ese departamento que está situado en otro edificio o ciudad, pero con el que compartáis una gran parte del trabajo diario.

En un townhall cualquier empleado tiene la oportunidad de levantar la mano y tener voz. Para preguntar, denunciar, agradecer o comentar lo que tenga a bien.

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La imagen es bastante similar a la del funcionamiento de un pleno de ayuntamiento. Yo misma he asistido a varias de estas reuniones, que la empresa realizaba de forma periódica, cuando trabajaba para la multinacional Lucent Technologies (ahora Alcatel-Lucent), hace ya unos cuantos años. Ir me proporcionaba una visión de la compañía que difícilmente podía tener de otra manera. Algo que tiene que ver con poder confrontar las confusiones diarias y poder rebotar las ideas, sobre cómo avanzar con un proyecto o cómo mejorar la venta de un producto, con personas que tienen otra parte de la imagen a la que normalmente no se tiene acceso.

Hace unas semanas el Presidente de los EEUU Obama utilizó el estilo townhall para debatir sobre economía e innovación, en una de las empresas de Silicon Valley, Facebook. Obama invitó a mucha gente importante del valle; inversores como Ron Conway; y emprendedores como Rashmi Sinha, fundadora de SlideShare, el conocido Tim O´Reilly y Kim Polese, fundadora de diversas empresas de software libre como Spikesource. Para presentarles la iniciativa Startup America, que pretende reducir las trabas para emprender nuevos proyectos tecnológicos. Toda la conversación giró en torno a diversas cuestiones de la economía y la innovación en el país. Es un claro ejemplo de situación donde quizá lo más importante no es ir con una agenda previa, sino con la capacidad de moderar los comentarios e ideas que, de forma espontánea, pueden florecer en el escenario.

El político puede rebotar las medidas políticas que está desarrollando en la audiencia, y ver su respuesta. Pero un directivo también podría resolver algunos problemas sobre innovación en su empresa. Después de todo lo que un país quiere es utilizar la innovación como motor de la economía. Nada diferente a las empresas. Que quieren trasladan esa misma inquietud a la economía de sus cuentas.

¿Por qué no utilizar un townhall para el primer paso? ¿Por qué no revisar el concepto a desarrollar en un escenario? Por supuesto que la situación no resultará agradable si sólo se ve como un discurso poco-articulado. Pero la forma de construir conceptos solventes es rebotar las ideas con aquellos que pueden darnos una visión sin sesgos. No se trata de obtener respuestas todavía, sino de ser capaz de formular las preguntas adecuadas. El resto vendrá después.

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